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16/01/2012

El pasado diciembre de 2011 VVOB en apoyo a la Dirección de Educación Técnica realizó en Quito un encuentro para fortalecer los vínculos entre el bachillerato técnico y los sectores productivos. A propósito del tema, VVOB realizo una entrevista a Freddy Peñafiel, Gerente General de Bachillerato General Unificado.

¿Por qué es necesario generar sinergias entre el sector educativo y el sector productivo?

Es fundamental dentro del sistema educativo ecuatoriano considerar que más del 50% de sus colegios, son técnicos; es decir, son estudiantes que al terminar sus estudios, van a tener la posibilidad de integrarse directamente al mundo laboral, asimismo tendrán la posibilidad de continuar sus estudios superiores si lo desean, o implementar emprendimientos. Sin embargo,  es cierto que mucha de la formación de los bachilleres va a ser orientada al mundo laboral, al mundo de los sectores productivos. Es muy importante no construir currículos que permitan que los estudiantes salgan sin tener una relación directa con los lugares a los que van a ir a trabajar; entonces, construir la sinergia no es solamente un tema de establecer relaciones y de tener amistades, es algo mucho más profundo. Es un aspecto en el que realmente necesitamos que el sector productivo nos dé insumos sobre cómo adecuar las propuestas curriculares, y que además el sector productivo comprenda cuál es la propuesta curricular del Ministerio de Educación, y también sepa aprovechar las ventajas que tienen nuestros egresados.

¿Cómo debería darse sostenibilidad a la vinculación de la educación técnica con el sector productivo?

Tiene que haber varios mecanismos. Primero, nuestros estudiantes tienen que realizar pasantías obligatorias directamente en el sector productivo. La idea es organizar un sistema nacional, para que esas pasantías tengan una lógica nacional. En la actualidad las pasantías se hacen por la buena fe y los contactos que tiene cada institución. Lo que queremos es que un sistema nacional permita la integración real de estudiantes al mundo laboral. La meta es que el tema sea una cuestión nacional en la que todos estemos involucrados, que comprendamos que la educación es la herramienta que nos va a permitir hacer todos los cambios que queramos hacer a nivel del país, del pueblo, de las condiciones sociales. El sector productivo tiene la necesidad y también la obligación de participar en el proceso de  formación de los estudiantes, de brindar esas oportunidades de pasantía, de contribuir con temas curriculares y técnicos que se necesiten, y de poder construir juntos una nueva generación de bachilleres técnicos con muchas más fortalezas que logren integrarse de mejor manera a la universidad o al mundo laboral directamente.

¿Cómo contribuiría la vinculación de la educación técnica con los sectores productivos locales  a generar desarrollo territorial?

Uno de los grandes problemas con los que estamos enfrentados en la educación técnica es que la oferta técnica que se da en territorio no corresponde a las necesidades reales; es decir, tenemos colegios técnicos que cuando se crearon ofrecían informática en lo alto de una montaña. Cuando se crearon estaba bien, había la necesidad en el sector  quizá de un par de promociones de informáticos. Pero esto no sucede siempre. Estamos actualmente en un proceso nacional  de evaluación de la oferta técnica porque necesitamos reconocer en qué parte del país tenemos que cambiar la oferta que tenemos. En Galápagos por ejemplo, no tenemos un colegio técnico en mecánica. Los colegios técnicos de esta zona ofertan turismo, pero el sector está saturado ya. Allá no existen mecánicos que arreglen vehículos, lanchas o motores de lanchas. En este caso, la educación técnica tiene que responder a la necesidad del territorio, y eso es lo que estamos haciendo.  Tenemos por ejemplo colegios técnicos en las Unidades del Milenio que tienen ya aliados estratégicos, incluso de la empresa privada, para que su formación tenga que ver con el entorno y contribuya al desarrollo local de manera real. No queremos más colegios técnicos que promuevan la migración. Si un bachiller se forma como contador o como informático en un ámbito donde no hay trabajo para estas áreas, el destino es la migración. Lo que queremos es que esos colegios se transformen y empiecen a ofertar algo que tenga que ver realmente con el desarrollo local y con las potencialidades que tiene nuestro país en todas las provincias.